Mi mundo se había cerrado por completo; ya no había puertas, ni ventanas que estuvieran abiertas... solo encontré oscuridad y tenía miedo...pero algo brillaba y sentí un poco de paz. Una mirada que reflejaba mis temores, una mirada que me extendió su calor. De pronto encontré dos brazos extendidos, dispuestos a abrazarme para abrigarme del frío. Un poco desconfiada me acerqué, pero ese poco se convirtió en nada... podía sentir de a centímetros ese calor que sus ojos trasmitían podía sentir lo que emanaba de esa presencia. Y no pude resistir, tenía tanto miedo que necesitaba un abrigo, quería ese abrazo... y me acerqué, y a pesar de mi pánico extendió su abrazo, y resaltó su sonrisa. Logró soltar unas palabras: "No tengas miedo, estoy con vos".