En sus ojos descubrí un abismo de ternura, entre sus ojos y los míos un vacío se creó. Y no puedo hacer más que mirarlo y quedar, derretida a su encantadora manera de mirarme. Porque en ellos encontré un refugio existencial, porque en los mísmos, le pido a gritos un abrazo y que sus labios se entrelacen con los míos. En sus ojos atrapada, podría vivir; imaginando quizás, cosas que no sucederán. Solo el tiempo y algo más sabrán que me esperará pero mientras tanto en él sigo pensando y me hace muy feliz aprender a mirarlo.