Deseosa de clavar mi lapicera en tu papel, como símbolo de espada en tu corazón. Deseosa de verte sufrir, de volarte los sesos y verte morir... deseos del poder de mis escritos de matarte sin piedad, de hacerte llorar... y en mi mente guardarte sin detalles, que olviden lo que me hiciste sentir. Deseosa de matar tu recuerdo, pero es imposible porque es estúpido mi corazón y ya no logro seguir escribiendo en el mismo renglón. Pero es insulso cada intento de no pensarte porque en mi estás a cada instante... deseosa de que no fueras el motivo de sonreír, deseosa de que ya no eres quien siempre esperé que fueras, deseosa de que aunque me duela te veré partir, agitando mi mano diciéndote adiós; y haré de cuenta que nunca te vi venir. Bajaré la cabeza y te diré que no te necesito para seguir, bajaré la cabeza para que no me veas sonreír vilmente... y por tu propio bien dirás que si. Te irás al fin, te irás sin mirar atrás.