martes, 25 de enero de 2011



















Se tapa los oídos, no quiere escuchar realidades. Cierra los ojos, quiere escapar a su mundo musical. Enmudece, no quiere interrumpir su silencio magistral. En paz se siente cuando solo música en su ser entra, no desea que alguien más intercepte en ella; solo letras, solo melodías, solo compases que puedan ser su guía.