Mayerhofer. - Morir por el arte es una bella muerte.
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Kenner. - No es el frío de hoy; es que tenemos metido en los huesos el de ayer y el de antes de ayer. . . el de todos los inviernos.
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Kenner. - ¡Cuando un artista trabaja es un sacrilegio interrumpirlo!
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Liancourt. - Cuidado, condesa: la curiosidad es el pecado original.
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Mayerhofer. - Compañeros: en esta noche de gloria yo siento que un arte nuevo está naciendo entre nosotros. ¡Unámonos todos alrededor de Schubert! Nosotros quemaremos la retórica de las academias y volveremos a las tradiciones del pueblo. Nosotros haremos de la pobreza una religión, y de la rebeldía un deber. Pondremos la leyenda sobre la Historia; la belleza sobre la verdad; y el corazón sobre todas las cosas. Y a este arte nuevo le llamaremos. . . ¿Qué nombre le ponemos, Franz?
Franz. - Ponle un nombre musical; de romanza.
Mayerhofer. - ¿De romanza? Muy bien. Le llamaremos. . . "Romanticismo"
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Liancourt. - Y ese amor de ustedes por el pueblo, ¿es sólo una cosa artística, o es además una idea social?
Franz. - Las dos cosas. Canto con mi pueblo y odio la injusticia. Me hace daño.
Carolina. - Comprendo. La injusticia es una falta de armonía. Nadie ede sentir mejor que un músico las injusticias del mundo.