martes, 21 de agosto de 2012

Dejarlo ir.

No se puede cambiar una fruta podrida no se puede cambiar una mala mordida se que fue un mal intento, más ésta vez no puedo cambiar el momento. Maldita sea! que mal el tiempo, solo queda tal vez ausentar esa mala jugada más no puedo cambiar aquel instante en nuestras miradas. Ya jugábamos con desventaja, me condeno a pensar que es una mala racha; pero tengo por seguro que aunque no repita ésto en el futuro solo me queda ausentarlo en el presente. No se pisa lo que se siente, ni lo que se sintió. Se rompió aquel vaso que hasta el tope desbordó no me quedan más recursos que vivir con ésta pena, traspasarla sin condena y sonreír hasta que caiga otra vida de aquél árbol.